Un vecino
Rastros se recogen en los caminos del vecindario.
El proyecto Piso Bajo mapea el barrio de Acacias en el distrito de Arganzuela, en Madrid. Desde el edificio, a través de la puerta de mis vecinos, basura, ropa, camino abajo hacia el parque.
En el pasillo, camina silencioso y con las luces apagadas.
Los pasillos son los lugares de pasaje entre lo privado y el espacio público. Algunas veces, en los espacios compartidos suceden cosas que nos relacionan con otros o que unen a las personas con los lugares. El espacio público es territorializado desde la intimidad, permite diferentes narrativas de pertenencia: la calle desde la misma ventana, ese rostro en la parada de autobús, una puerta, un beso en la banca en el parque de siempre o flores en una calle donde alguien murió.
Oculto y por sorpresa, retrata lugares, personas y objetos.
Este proyecto funciona como un diario de observación: usando diferentes estéticas visuales para la documentación, ayuda a recrear una atmósfera de territorio y límites: memorias relacionadas al vecindario, lugar e intimidad; paisajes de lo público.